II
Eyland
La
nave vuela solitaria por el cielo y yo, también solitario, dejo a
mis pensamientos vagar sin rumbo por mi cabeza. ¿Cómo puede ser que
esté echando de menos a una persona que creía muerta? Es de locos.
Atravesamos varias nubes de la misma manera en la que el recuerdo de
Lysandra me atraviesa el pecho como si fuera una daga de acero
ardiendo. Si ella estuviera aquí... Si tan solo estuviera viva...
-Todo
sería diferente.
-¿Decías
algo, Eyland?
La
mano de Engla sujeta la mía desde que despegamos, y en este momento
me acaricia el dorso de la misma, los nudillos. La chica, en cambio,
me mira sonriente, igual que lo habría hecho su hermana.
-No,
nada...
Agacho
la cabeza, buscando en el suelo con la mirada ese estímulo que sea
capaz de sacarme de este pozo de recuerdos y desolación en el que se
ha convertido mi viaje en la nave.
-Como
quieras, Shinjin. -Me besa la mejilla. -Voy con papá.
Suelta
mi mano y se aleja hacia el asiento del copiloto dando saltitos. ¿De
dónde saca esa felicidad? Al fin y al cabo, a ella debería dolerle
más la pérdida, digo yo. Y es que Lys está muerta y yo, su
asesino, aquí, y todo por culpa de...
-Tyr.
-No
me... -Alza la cabeza y me mira. -Bueno, da igual.
-Tú
mataste a esa chica, no yo.
-Oh,
para nada. -Sonríe.
-¿Te
estás burlando de mí? -¿Y a este tío qué le pasa? La ira
comienza a correr por mis venas y a consumirme.
-Puede.
-Su sonrisa se hace aún mayor.
-No
te aguanto. -Las venas de mi cuello se hinchan tanto que hasta creo
que van a explotar.
-Pues...
Me temo que te toca hacerlo.
-¡No
puedo más contigo!
Una
vez digo esto, salto de mi asiento y casi corro hacia él en el
interior de la nave. Una vez lo alcanzo, estiro el brazo y lo agarro
del cuello de la camisa, empujándolo contra una de las taquillas
para el personal de la embarcación.
-Pues
yo veo que eres capaz de levantarme, y me soportas. -Y ahí sigue, su
estúpida sonrisa.
-¿Seguro?
-Abro el puño y el tuerto cae de bruces contra el suelo. -Yo creo
que no.
-Lo
tengo merecido. -Se incorpora, sentado contra la pared de
contrachapado.
-Un
poco sí. -Respondo cortante.
-Supongo
que tendrás preguntas. -¿Y esto a qué viene ahora?
-Claro.
No
sé dónde pretende llegar Tyr, pero quizá me sea útil seguirle el
juego. Aunque claro, este chico, porque hombre no es, es un mentiroso
compulsivo. Cosa que le costó un ojo, por cierto.
-¿Vas
a responderlas?
Se
levanta con dificultad, apoyando la mano en el banco y sujetándose
con la otra el costado. ¿Es posible que se lo dejara tocado en
Niflheim mientras peleábamos? Bueno, aunque así fuera, él fue
quien se lo buscó.
-¿Qué
clase de caballero sería si no lo hiciera? -“Pues uno de mierda,
como ahora.” Pienso, pero no lo exteriorizo.
-Bien.
-¿Empezamos?
-Junta los dedos de las manos, casi parece impaciente.
-¿Por
qué mataste a Lysandra?
-Hey,
qué directo. -Sonríe de medio lado. Hace un mes era atractivo,
ahora simplemente es macabro, no tiene un ojo con el que respaldar la
sonrisa. -Pero yo no la maté.
-Bueno,
pues... ¿Por qué hiciste que yo le disparase?
-A
eso si te puedo responder.
-Es
pido. -Le corto antes de que pueda continuar.
-Es
simple. Es una Fire.
-¿Y
qué con eso? Engla y Axell también lo son.
-Precisamente
por eso. -¿Insinúa que quiere matar a los dos que quedan?
-No
entiendo.
-No
tiene complicación. Simplemente no me fío de ellos; son
manipuladores y ambiciosos. Tú tampoco deberías confiar tanto. En
especial en Engla.
-Ella
nunca me ha mentido, a diferencia de ti. -Ha pasado de advertencia a
amenaza contra nuestros compañeros de vuelo, ¿qué pretende?
-¿Estás
seguro de eso? -Sonríe abiertamente. -Porque, a mi entender, la
conociste como parte de una gran mentira, ¿no es así?
-Ideada
por ti. -Puntualizo.
-Eso
no es del todo cierto, pero... No voy a entrar en ese tema ahora.
-¿Y
si te digo que entres? -Estoy dispuesto a llegar al fondo del asunto.
-Pues
te contaré la verdad, una verdad que quizá no querrías oír. -Le
sale tan natural todo...
-¿Y
cómo sé que lo que dices es verídico? -Lo miro frunciendo el ceño.
-Simple.
-Hace una pausa para respirar, hondo, demasiado... ¿Quieres seguir
de una vez? -Conozco mucho sobre ti, puede que incluso más que tú
mismo.
-¿Algún
ejemplo? -¿Tú que vas a saber?
-Por
ejemplo: Pasaste los primeros cinco años de tu vida encerrado en
casa, casi sin poder salir de tu cuarto, porque padecías una grave
enfermedad. -¿Pero cómo...? -Y que, cuando hace unos años, a mitad
de diciembre, nació Desmond, pensaste que había sido el mejor
regalo de Navidad de toda tu vida. Y aún lo piensas, claro.
-Eres...
-¿Cómo puede saber todas esas cosas? ¡Él no estuvo allí!
-¿Un
genio? Sí, lo soy. -¿Alguna flor más que echarte?
-Imbécil
y embustero, eso eres.
-Yo
no miento. Estamos más unidos de lo que crees, Eyland Rise.
-¿Qué
diablos quiere decir eso? -¿Yo, unido a ti? Sí, claro...
-Ya
lo entenderás.
Sonríe
de medio lado, como siempre hace, y se aleja del banco en el que
estaba apoyado hacia la parte delantera de la nave. ¿Qué ha sido
todo esto? No llego a comprender nada de lo que dice este chico.
¿Tiene que ser siempre tan críptico?
-Me
pone nervioso.
Vuelvo
a sentarme en mi sitio, al lado de Engla. ¿De verdad debería
desconfiar de ella? Me ha salvado muchas veces de las garras de la
muerte, ella me ama, maldita sea. ¿Cómo podría intentar algo en mi
contra?
-No
llego a comprenderlo.
-¿Decías
algo, Shinjin? -Vaya, parece que he pensado en voz alta.
-Nada,
querida. -Sonrío, tan forzado como siempre. No he sonreído de
verdad desde... Bueno, desde la batalla de Niflheim.
-Como
quieras. -Me devuelve la sonrisa mientras me siento a su lado y
agarro su mano, es tan cálida... -Por cierto y cambiando de tema,
¿sabés qué?
-Pues
si no me lo dices... -Miedo me da. -Obviamente no.
-Pues...
-Baja de pronto el tono de su voz, casi parece que le cuesta
pronunciar las palabras que tiene que decir. -Spirit me dijo que se
sentía muy mal por lo que te hizo.
-¡¿Él?!
-Grito, soltando de golpe su mano. -Ese no sabe lo que es sentirse
mal.
-Está
realmente arrepentido, Eyland.
-Miente.
-“No ha dejado de intentar matarme desde que nos conocimos.Seguro
que hasta lo del ladrón aquel fue cosa suya.” Pienso, pero no se
lo digo a Engla.
-Tienes
que entenderlo. Era él o tú.
-No
creo que Impeesa lo hubiera matado, sinceramente. Está de su lado,
¿por qué hacerlo?
-¿No
te diste cuenta cuando leíste la carta? Puede parecer que no, pero
ese hombre es lo más egoísta que hay en este mundo. Y algo tiene
contra ti, haría lo posible por acabar contigo, incluso si eso
implica la muerte de cientos de personas.
-Como
en Niflheim.
-Como
en Niflheim. -Asiente. -Por eso creo que Spirit dice la verdad. -Es
tan buena... Incluso después de todo lo que ha pasado, intenta
defenderlo. ¿Cómo pudo decir esas cosas horribles de ella?
-Sigo
sin poder creerlo.
-Pero,
¿no hiciste tú lo mismo conmigo en Tennō?
Me lanzaste al vacío por el límite de la isla, porque sabías que,
si no lo hacías, yo te mataría. -Ahí me ha pillado.
-Bueno
sí... Pero aún así...
-Sabes
que tengo razón, Eyland. -Responde cortante.
-La
tienes, es cierto. Sin embargo, todavía me cuesta confiar en él.
-En
ningún momento te he dicho que lo hagas.
-¿Por
qué no me lo dijo?
-Oh,
venga. Sabes que es demasiado orgulloso para eso.
-Tienes
razón.
-Bueno,
me tengo que ir, que ya estamos por llegar. -Me da un beso y se
separa. -Ah, me pidió que te dijera algo más.
-¿El
qué?
-“Eyland
y yo estamos más unidos de lo que parece. Ya lo entenderá.”
Palabras textuales.
Y
ahí esta otra vez esa frase. ¿Qué diablos quiere decir?
No hay comentarios:
Publicar un comentario