Bajo
Presión
I
Eyland
¿Cómo
he podido permitir algo así? ¿Cómo la he dejado convencerme de que
estaría bien? Sabía que ella corría peligro, sabía que no
terminaría de una forma bonita, y aún así la creí. ¿Por qué lo
hice?
Engla
está realmente acabando con ella. A medida que me alejo veo cómo
sus piernas golpean en la cara de la joven princesa. Es como un
ritmo, con cada acelerón de la lancha, una patada más.
Pobre
chica... ¿Cómo he podido dejar que pase algo así? Soy una persona
horrible.
Con
este pensamiento, me alejo de la costa, dejando así de ver la paliza
a Anayansi por parte del Clan, que empezó con Engla, pero a la que
se fue uniendo gente. ¿Dónde se supone que iré ahora? Antes al
menos sabía que la espiral me llevaría a algún sitio, ¿pero
ahora? No tengo ni la más mínima idea. No sé cuál es mi destino,
y menos aún cómo llegaré a él. Es la primera vez que viajo por
mar.
A
medida que avanzo me doy cuenta de que posiblemente jamás llegue a
ningún sitio, de que todo lo que dejo atrás y lo que veo por
delante de mí es exactamente igual, es solo agua. No se ve nada de
nada en el horizonte, siempre se repite el mismo paisaje, una y otra
vez, es exasperante.
Espera,
¿por qué me tiemblan las piernas? Oh no, no. No son mis piernas lo
que tiembla, ¡es la lancha!
-¿Qué
demonios?
Nada
más pronuncio la frase me caigo de bruces contra el mojado y húmedo
suelo de la lancha, no sin antes golpearme contra el motor, haciendo
que se la lancha se pare. ¿Qué rayos está pasando aquí? Siento
náuseas y ganas de vomitar, el movimiento parece haberme mareado.
-Joder.
Me
arrastro por el suelo hasta el borde de la embarcación y me asomo
por ella, buscando el causante del tirón que acaba de pegarme la
lancha.
-Oh
no.
Sin
previo aviso, la bilis sube por mi garganta, haciéndome vomitar de
una forma tremendamente repugnante. La comida de Curanipe no pudo
haber salido peor. Es una sensación horrible, que viene acompañada
de un mareo importante. Apenas soy capaz de ver, todo mi campo de
visión está borroso.
Como
de la nada, oscuras sombras aparecen en el agua, cerca de la zona que
acabo de tintar de un tono amarillo verdoso. No sé exactamente a qué
pertenecen, pero intuyo que son peces. Los animales marinos comienzan
a comer, irónicamente, lo que comí yo hace unas horas.
-Es
asqueroso...
La
escena me da unas mayores ganas de echarlo todo de nuevo, pero me
contengo, lo cual se siente incluso peor.
-No
debería hacer cosas así. No creo que sea bueno.
Hago
una mueca de repulsión al hablar, mi aliento huele realmente mal en
estos momentos. ¿Cómo pueden los peces comerse mi propio vómito?
Es horrible, sencillamente horrible.
Me
quedo hipnotizado contemplando el extraño baile que tienen estas
criaturas mientras comen, no paran quietos un solo segundo. Se van
sumando más y más pequeños pescados al grupo, sorprendente...
Casi
han terminado cuando una sombra aún mayor aparece bajo ellos. Es
grande, mucho más grande que mis nuevos amigos. Se está acercando,
y su tamaño comienza a asustarme; no es únicamente
considerablemente mayor que los peces, es también mucho más
voluminoso que yo.
-¿Qué
es eso? ¿Qué rayos es eso?
Pronto,
los pequeños animales marinos se dispersan a una velocidad de
vértigo. Pero, uno de ellos no lo hace a tiempo.
-Oh,
dios mío.
Unos
enormes dientes salen del agua y agarran con fiereza a su pequeña
presa, lo desgarra en el acto. Un charco de sangre se crea en el agua
y se mezcla con lo que queda de mi vómito.
-Madre
mía, tengo que salir de aquí. Y rápido.
De
forma instantánea, como si de un espasmo se tratara, le doy un golpe
al motor, estirando de la cuerda con firmeza y rapidez, intentando
que la máquina vuelva a la vida y salve la mía.
-Venga.
Vamos. ¿Por qué no funcionas?
Mientras
hablo con el motor, el depredador ha acabado con su última presa, y
parece que quiere más. Se dirige hacia la embarcación a toda prisa,
va a una velocidad alarmantemente alta.
-Venga
bonito, ayúdame a salir de esta.
Doy
un tirón más a la cuerda, y otro, y uno más. Al tercer estirón,
se escucha un ruido mecánico y la lancha da un impulso hacia
delante, haciéndome caer al suelo del barco. Por fin ha respondido a
mis plegarias, aunque quizá pueda ser ya demasiado tarde para huir;
la horrenda criatura está tremendamente cerca.
-Y
ahora, a correr como un loco.
Cojo
la palanca anclada al motor y hago que la lancha se mueva hacia
delante y acelere a máxima potencia. La enorme sombra no cesa su
carrera y me sigue de muy cerca a pesar de la gran velocidad del
vehículo.
-Mierda.
¡Vete!
Mientras
le grito al monstruo hago que el bote incremente aún más el ritmo
de su marcha, con la esperanza de dejarlo atrás. El acelerón lo
pilla por sorpresa, por lo que se frena. Aunque es solo un instante,
ya que enseguida vuelve a perseguirme, ahora con más ganas de
atraparme.
-Está
furioso, va a pillarme...
La
oscura mancha bajo el agua sale de la aspiración que produce la
hélice de la lancha y se posiciona a un lado, donde avanza más
rápido y, en lo que parece menos de un segundo, se halla justamente
pegado a mí.
Madre
mía... Es más grande que mi propia barca...
Salta,
saliendo del agua de forma repentina. Tengo que hacer algo, tengo que
hacerlo o moriré aquí y ahora. No voy a sacrificar tantas cosas
para nada, ¿no?
Cojo
uno de los remos de emergencia y lo uso como defensa contra sus
enormes y afilados dientes. El monstruo destroza de un mordisco mi
improvisada arma y vuelve de nuevo al agua. Me he salvado esta vez.
-Oh
no, aquí viene.
La
criatura sale una vez más y repite el proceso, rompiendo esta vez el
otro remo. ¿Qué voy a hacer ahora si salta? No tengo con qué
defenderme. La bestia se lanza de nuevo contra mí. Cierro los ojos y
lo asumo, voy a morir aquí.
De
pronto, escucha un enorme alarido proveniente de mi enorme enemigo.
Abro los ojos y veo sangre cayendo a chorros de su cabeza, el
depredador ha sido cazado. Pero, ¿por quién?
Me
giro y, al instante, mis ojos se abren como platos.
-Oh,
Eyland, supongo que no esperabas verme aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario