Corazón
de Hielo
I
Enciendo
el motor de la pequeña nave. Parece que Axell era de fiar, tiene un
rumbo fijado en el localizador. Es una isla algo extraña, está
tremendamente alejada de todo lo que había visto hasta ahora. Nunca
pensé que Upsala y Tennō
estuvieran
tan cerca, ¿es que la última vez que vine con ella dio un rodeo?
Alejo
esos pensamientos de mi cabeza mientras intento averiguar cómo
funciona este chisme. Miro por todos los compartimentos en busca de
un manual, sin éxito.
-Ya
podría haberme dicho cómo manejar la nave...
Tengo
que probar alguna cosa, pulsar algún botón. Maldita sea, ¿cuál es
el que sirve para elevar la nave?
-Probemos
este.
Estiro
la mano y acciono uno de los mandos de color negro que tengo justo
delante mía. Nada más pulsarlo, se enciende una luz roja que
parpadea e ilumina todo el interior del vehículo.
-Vale,
vale. -Agito las manos. -Ese no era.
Pulso
de nuevo el botón y todo vuelve a la normalidad. Menos mal, estaba
empezando a inquietarme. Tengo que medir bien mi próximo movimiento.
-Este
es.
Acciono
el mando de la izquierda, bajo el cual pone Inicio
y la nave se alza, mucho, demasiado. El vehículo golpea el techo del
hangar, haciéndome vibrar en mi asiento. Vaya, debería recordar no
volver a hacer eso.
-Bueno,
al menos he iniciado el vuelo.
Río
en el sitio y cojo los mandos de la nave, esquivando los otros
vehículos aéreos del garaje; esto visto desde fuera tiene que
parecer realmente cómico. Cuando, tras varios minutos de carambolas
y extrañas maniobras consigo por fin llegar a la lanzadera, la
avioneta se encaja en unos raíles del suelo y comienza a moverse
hacia atrás.
-¿Pero
qué?
El
sistema mecánico a mis pies nos empuja hasta casi el fondo del
hangar, pasando realmente cerca de las máquinas que con dificultad
he conseguido esquivar. Sin venir a cuento, el vehículo deja de
moverse en seco, echándome un poco hacia adelante.
-¿Y
ahora qué?
La
enorme compuerta de entrada y salida del hangar se abre mientras
resuena una voz por toda mi cabina:
Preparando
lanzamiento.
-¿No
irá a...?
Y,
antes de que pueda acabar, la robótica mujer me interrumpe.
Salida
en tres...
Dos...
Uno...
Adiós
Upsala. Un placer.
Cero.
Hago
un gesto de despedida con la mano, pero no puedo mantenerlo debido a
que la nave sale disparada en línea, saliendo del hangar a gran
velocidad, nunca había sentido la camiseta tan pegada al cuerpo,
madre mía.
-Eh,
¿pero qué?
Una
vez se agota el impulso con el que salí, casi a los diez minutos, la
nave comienza a caer en picado, y en los monitores aparecen pantallas
que dicen:
Alerta
¡Alce el vuelo!
-¿Cómo
lo hago? -Miro a un lado y a otro. ¿Qué botón tenía que pulsar?
-Ah, sí.
Estiro
la mano y acciono el interruptor frente a mí, el de la izquierda. El
motor responde, por lo que dejo de caer y comienzo a levantar el
vuelo.
-Menos
mal...
Suspiro.
De menuda me he librado, podría haber sido un aterrizaje fatal. ¿Y
ahora qué? ¿Tengo que llevar esto a la isla sin más? Se mueve
demasiado. Va a ser un viaje aburrido, en ese caso. ¿Es que esto no
tiene música?
Busco
el aparato reproductor musical, pero no lo encuentro. ¿De verdad me
había convencido de que este trasto viejo iba a tener un equipo de
música? Estoy empezando a desvariar.
-Tengo
que ir a... -Miro el navegador. -Un poco a la derecha y luego todo
recto, hasta llegar a la isla de Agder(1). Aunque primero
debería conseguir mantener esta cosa recta, para variar.
Tomo
los mandos y giro, tal y como había planeado. Un momento, el botón
de antes, el que casi me vuelve loco con las luces, está encendido.
¿Quiere decir que es ahora cuando lo tengo que pulsar?
-Bueno.
Por probar tampoco pasa nada.
Y
lo hago, acciono el interruptor, apagando la luz roja que parpadeaba
hace un momento. Una vez lo suelto, la nave comienza a estabilizarse.
¿Era eso lo que hacía, afianzar el vuelo?
-Parece
que la cosa mejora.
Sonrío,
pero mis palabras están equivocadas. El vehículo comienza a caer y
caer. ¿Qué pasa? Pensaba que este chisme estaba estabilizándose.
¿Por qué desciende ahora? No lo entiendo, maldita sea.
-Tiene
que ser por eso...
Vuelvo
a accionar el botón con la esperanza de que la nave retome el vuelo,
pero no ocurre absolutamente nada. ¿De verdad voy a morir así? La
altura era máxima.
-No.
Pienso. Morir.
Digo
entre suspiros, mientras, con las manos, estiro de la palanca de
mandos, intentando estabilizar de nuevo el enorme aparato del que
trato de tomar el control. ¿Por qué no sube? Debería hacerlo.
(1)
Agder: Es
el antiguo nombre de una región histórica, antiguo reino de
Noruega,
que comprende actualmente
la región noruega de Sørlandet,
y por tanto los condados (fylke) de Vest-Agder y Aust-Agder. No se ha
conseguido una traducción literal.
Todas las
alarmas vuelven a sonar. Tengo que hacer algo, tengo que actuar o
moriré. Tiro con todas mis fuerzas de barra de mandos, y la nave
comienza a elevarse. Pero ya es tarde, y acabo estrellándome contra
el suelo.
Me zumban los
oídos, me duele todo el cuerpo, pero soy capaz de moverme. Debería
estar muerto, ¿por qué no es así? Me levanto del suelo de la
cabina y salgo al exterior por la ventana ahora rota, cayendo
sobre... ¿la nieve?
-¿Cómo?
Me quito los
blancos copos de la ropa con las manos y camino hacia lo que parece
la entrada de una ciudad, siento curiosidad por saber dónde estoy.
Camino entre los árboles cubiertos de un blanco manto, hacia un
puente hecho de piedra que parece que conecta con la urbe.
-¿Hola?
En mitad del
puente hay un hombre. No puedo verle la cara, la lleva tapada por una
bufanda, pero está parado mirando al ahora helado río que pasa bajo
sus pies. ¿Me habrá oído? Voy a probar de nuevo.
-¡Señor!
El individuo se
gira hacia mí, pero continúa sin responder. Parece que así no voy
a conseguir nada, tendré que ir con él. Me acerco poco a poco y,
cuando estoy a tan sólo un par de metros, reacciona:
-Deberías
llevar un abrigo, chico. Te pondrás enfermo.
-Sí. Es que
acabo de llegar... -Me froto los brazos con las manos para entrar en
calor. -Y donde estaba hacía mucho menos frío.
-¿Y cuál es
ese lugar?
-Es un poco
largo de contar. -Respondo. -¿Usted es de esta ciudad? -Asiente.
-¿Podría decirme cómo se llama?
-Su nombre es
Neo-Niflheim.
-¡¿Qué?!
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