XII
Eyland
-¿Papá?
-Sí,
hijo. Soy parte del Clan.
-Entonces
no estás muerto...
-Ya
ves que no.
-¿Y
mamá y Desmond...?
-No
sé nada de ellos.
-Y...
-¿Cómo puede no saber nada de ellos? Tiene que estar mintiendo, no
puede ser cierto, míralo, sonríe como si nada, maldita sea... -¿Y
te da igual?
-Claro
que no. -Niega con la cabeza.
-¿Entonces?
-Este hombre me desespera, ¿seré yo igual que él?
-Digamos
que... -Hace una pausa dramática.
-¿Digamos
que qué? No te hagas de rogar, maldita sea.
-Pues
que...
Y
vuelve a hacer otra pausa. No puedo más, ¡no puedo! Intento sin
resultado calmar mis nervios, pero estos me vencen y acabo por
agarrar a mi progenitor por el cuello de la camisa y lo levanto un
palmo del suelo. Me sorprende lo ligero que es, cuando jugábamos a
las peleas hace tiempo no me parecía tan ligero, ¿será que ya no
soy el mismo?
-Suéltame.
-Me dice tranquilamente, mirando hacia mi puño.
-No
pienso hacerlo hasta que hables. -Mis ojos se clavan en los suyos.
-He
dicho que me sueltes. -Me devuelve la mirada. -Soy tu padre,
¡obedéceme! -Su cara comienza a tornarse de un color rojizo.
-Tú...
-Respiro para no imitar su mala reacción. -Tú ya no eres mi padre.
Aprieto
aún más mi agarre, pero de pronto se torna flojo a causa de un
golpe en la pierna que me hace estremecerme. ¿Quién me ha dado?
Giro mi cabeza y, como no podía ser de otro modo, Tyr lanza su puño
de nuevo contra mí, esta vez impactándome bajo la mandíbula,
haciéndome caer al suelo.
-Ha
dicho que lo sueltes. -Tyr se acerca a mí, por lo que está de pie a
escasos centímetros de mi posición. -Deberías haberle hecho caso.
-Muy
bien dicho, Spirit. -El hombre al que solía llamar padre se levanta
del suelo, apoyándose en mi enemigo. Yo, mientras, me froto la zona
golpeada con la palma de la mano.
-Tú...
-Siento un impulso de cogerlo de la pierna y mandarlo al suelo
conmigo, pero decido contenerme. -Siempre fuiste una mala persona.
Siempre lo supe.
-¿Hablas
conmigo? -Responde rápida y fríamente el líder del Clan.
-Claro
que no. Lo tuyo era obvio. -Escupo sangre al suelo mientras me
levanto poco a poco. Veo como él también está haciendo enormes
esfuerzos por contenerse, sonríe, pero sus ojos tienen ganas de
matarme aquí y ahora.
-¿Entonces
te refieres a mí? -Interviene su nuevo compañero.
-¿A
quién si no, papá? -Dejo escapar un suspiro en forma de burla.
-Yo
nunca te he tratado mal, Eyland. Siempre te quise. -Oh vamos, esto ya
es el colmo. Que lo haga, podría llegar a pasar. ¿Pero que encima
lo niegue? No, ni en broma.
-¿De
verdad? No me hagas reír.
-Siempre
fue así. Dime una sola vez en la que no te haya tratado bien, hijo.
-No
tienes derecho a llamarme así. -Lo miro directamente a los ojos.
-Solo una, ¿no? Pues... ¿recuerdas por qué me fui de casa y acabé
viviendo en el hostal?
-Tú
madre dijo que querías tener tu propio espacio.
-¿Eso
dijo? Pues te lo suavizó bastante.
-¿De
verdad? -Parece hasta sorprendido. Este hombre podría llegar a ser
un buen actor, de los mejores, diría yo.
-No
te hagas el tonto, por favor te lo pido. Sabes de sobra por qué me
fui.
-No
tengo ni idea. -Hace una mueca de dolor. -Tienes que creerme...
-¿No?
Bueno, pues te lo aclaro. -Hace tanto tiempo que quería tener esta
conversación con él... -No nos tratabas bien, ni a mamá, ni a mí.
Y un día... -Contengo como puedo las lágrimas. -Un día llegaste a
casa y... ¡Y me pegaste!
-No
fue una buena jornada tampoco para mí...
-Fue
la gota que colmó el vaso. No pude soportarlo más.
-Nunca
pensé que fuera por eso, lo olvidé.
-Pues
yo no. -Lo corto. -¿Y ahora pretendes que trabaje contigo? Y es más,
¿desde cuándo estás con ellos aquí?
-Oh,
¿no se lo dijiste? -Ya no habla conmigo, se dirige a... ¿Engla?
¿Qué tiene que ver ella con todo esto? A no ser que...
-Un
momento... -Alzo la voz y me giro hacia ella. -¡¿Sabías que estaba
aquí y no me dijiste nada?!
-Eyland,
yo... -Está en blanco, no tiene excusa ninguna.
-Señores.
-Digo, apartando a la gente a mi alrededor y empezando a andar hacia
algún lugar lejos de este. -Necesito pensar.
*****
-Tienes
que entenderme, Eyland. -Se explica Engla. -¿Habrías venido si
hubieras sabido que tu padre era parte del Clan?
-No,
claro que no. -No había pensado en eso. -Pero aún así... ¿Por qué
no me lo dijiste? ¿Es así como quieres que funcione nuestra
relación, sin confianza ninguna?
-Sabes
que confío en ti.
-No
lo parece... -Digo mirando al suelo.
-Eyland...
-Intenta abrazarme, pero la rechazo en cuanto se mueve.
-No.
-Pongo la mejor cara de enfado que puedo. -Tendrías que habérmelo
dicho.
-¿No
entiendes? Te necesitábamos aquí.
-¿Para
qué? ¿Para vengarte de Joseph y luego matarme? No, gracias.
-Sabes
que no sería así.
-¿Y
eso quién me lo asegura? -Esta chica me hace desesperar. -¿Tú, la
chica que, diciendo que me amaba intentó matarme en diferentes
ocasiones y me ha mentido en todo lo que me ha dicho?
-No
todo ha sido mentira.
-¿De
verdad? ¿Y qué no?
-Mis
padres murieron a manos de Capomafia.
-Pobrecita
ella, que es huérfana... -Alzo mi voz. -¡Yo también creía que lo
era hasta hace nada!
-Pero
tú... -Decide morderse la lengua. -Prefiero que hables con tu padre.
-¿Hablar
con él? ¿De qué? Yo no tengo nada que hablar con ese hombre. A
partir de ahora dejo de ser un Rise.
-No
tienes motivos para hacerlo, tu padre hizo lo correcto.
-¿Unirse
al Clan es lo correcto? Creo que ya has mentido bastante. -Me giro y
salgo del cuarto de las escobas en el que entré hace un rato
buscando soledad.
-¡Es
cierto! Él entendió la causa...
-¿Otra
vez con eso? Desde que aterricé en Tennō
sólo he oído hablar de esa maldita causa.
-Pero
es que...
-Pero
nada. Ya no me interesa saber qué os motivaba a actuar como lo
seguís haciendo. Eso ya me da igual. -Comienzo a caminar, y ella
hace lo mismo, pisándome los talones y esperando a que diga algo.
-Ahora únicamente quiero acabar con esto.
-Como
quieras. -Me agarra del brazo y me gira hacia ella. -Sabes que te
apoyaré y estaré ahí hagas lo que hagas, ¿verdad?
¿A
qué viene esto? ¿Haga lo que haga? No entiendo a qué se refiere.
Además, ¿cómo que va a estar ahí? ¿Debería creerla? No, claro
que no. Ella no ha hecho más que mentirme desde que nos conocemos,
¿por qué tendría que confiar en ella ahora?
-Lo
sé.
Aunque
en el fondo ambos tenemos claro que no es así.
*****
-Bueno,
vamos a hacer lo siguiente. -Tyr toma el control del plan, como no
podía ser de otro modo. -Necesitamos concentración, y no poca.
-Déjate
de rodeos. -Interviene Paul, que acaba de llegar a la mesa en la que
estamos reunidos los rebeldes.
-El
despacho de mi tío tiene dos entradas. -Prosigue Tyr. -La principal
y la trasera, que casi no es apreciable. -Las señala en un plano de
Upsala. -Nos dividiremos.
-¿Cómo
lo haremos? -Pregunto.
-Como
de mí y de Paul no sospechan nada, iremos, con ayuda de Engla, por
la principal. Tú, Eyland, irás por la trasera. Tu padre te indicará
el camino.
-Vale.
-No me parece una opción adecuada, pero tiene que ser así.
-De
un momento a otro, se dará la voz de alarma, y todos los guardias se
centrarán en el pasillo central, así que los que tenéis que ir por
detrás tendréis algo de tranquilidad. Tendremos poco tiempo.
-¿Cuánto
es poco? -Y, cuando lo digo, un ruido estremecedor nos rodea, la
señal.
-En
su despacho en quince minutos.
Tyr
sale corriendo por su pasillo, y Paul y Engla lo siguen. Es hora de
un momento a solas con el hombre al que llegué a considerar mi
padre.
¿Podré
soportarlo?
XIII
Engla
Spirit
echa a correr, y Paul, el chico nuevo, comienza a moverse junto a él
casi al unísono. Todo esto estaba tan planeado que prácticamente no
tengo tiempo para reaccionar.
-¡Esperadme!
Grito
y voy tras ellos lo más rápido que puedo. Upsala es grande, pero no
tanto, ¿a qué viene tanta prisa? ¿Qué se supone que están
intentando evitar? No lo entiendo, la verdad, me están dejando
intrigada.
-Spirit.
-Llego hacia él y lo cojo del brazo para frenarlo.
-Engla,
¿qué quieres? No hay tiempo. -Hace un gesto señalando a su reloj.
-Claro
que lo hay. El despacho, si vamos por el camino principal, llegaremos
en un par de minutos.
-Todo
el mundo estará corriendo, nosotros deberíamos hacer lo mismo.
-Pero
no tenemos que gastar todas nuestras energías ahora, el despacho de
Capomafia estará custodiado, por si acaso.
-Eso
lo tenía claro, pero igualmente, hay que hacer tiempo, no podemos
llegar mucho antes que el otro grupo.
-Tienen
quince minutos, tranquila. -Apoya su mano en mi hombro. -Y ahora,
sigamos con la misión.
-Jefes.
-Interrumpe Paul. -No es por molestar, pero ya empiezo a ver a la
gente moverse por los pasillos. -Spirit me mira y sonríe.
-Empieza
la función, nena.
Y
volvemos a correr, aunque, esta vez, sí que reacciono con la
velocidad que debería. Avanzamos por el corredor central en
dirección al despacho del líder de Upsala, esquivando las oleadas
de guardias bajo la luz roja de alarma.
-¡¿Qué
ocurre?! -Grita Spirit mientras se cuela entre la gente.
-No...
No tengo ni idea, señor. -Le responde uno de los jóvenes guardias
mirando de un lado a otro, temblando.
-Chico.
-Intervengo. -Todo irá bien, se solucionará.
-¿Y
si no? -Hace un amago de tranquilidad que no engaña a nadie.
-Seguro.
-Respondo.
-Haz
caso a tus superiores. -Finaliza Spirit.
-Lo
haré. Lo siento.
El
joven asiente y se aleja lo más rápido que puede. Tanto la
situación como la conversación han intimidado al chaval, casi me ha
dado pena. Partimos en dirección contraria a los otros tripulantes y
pronto llegamos a la calle central de Upsala que, insólitamente,
está desierto, no se oye ni un alma.
-No
hay nadie... -Digo para mí.
-Ya
lo sé. -Vaya, parece que me han oído.
-¿Y
por qué no?
-Oh,
¿no te lo dije? -Pregunta mientras agarra el pomo de la puerta del
gran despacho.
-¿Decirme
el qué? -Respondo asombrada.
-Los
guardias están todos esperando en la parte de atrás.
-¿Le
has tendido una emboscada? -Grito horrorizada.
-Y
tú me has ayudado.
Y
abre la puerta. ¿En qué estaba pensando? ¿Qué he hecho?
FIN
Antes de nada, quería enseñaros la portada definitiva del libro Sueños Espiral, aquí la tenéis:
En unos días tendréis noticias sobre la continuación, es un proyecto de más de un libro, a poder ser una trilogía, depende de cómo se de la historia y cómo esté yo. Os dejo la sinopsis del segundo libro, que se titulará Horizontes Nevados:
En unos días tendréis noticias sobre la continuación, es un proyecto de más de un libro, a poder ser una trilogía, depende de cómo se de la historia y cómo esté yo. Os dejo la sinopsis del segundo libro, que se titulará Horizontes Nevados:
Tras
la repentina traición por parte de Tyr y Engla, Eyland decide
abandonar Upsala, dejando a la chica que lo amaba allí y a su
enemigo malherido. Tras su partida, Eyland va en busca de Desmond y
su madre, su única esperanza actual. Pero su viaje se ve turbado
cuando, al llegar a Niflheim, su ciudad natal que quedó convertida
en escombros, la encuentra completamente reconstruida y bajo un gran
manto de nieve. Allí, los busca sin cesar hasta que, de pronto, se
topa con un viejo conocido, haciendo que cambie todos sus objetivos.
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