miércoles, 19 de marzo de 2014

Sueños Espiral (VI)




VI

-¡Pare! ¡Ese chico es inocente!

-¡Tú! ¿Cómo diablos has conseguido escaparte y llegar aquí? -El hombre con la pistola de rayos se gira hacia la parte de fuera de la celda en la que me tienen recluido y torturado.
-No fue difícil, la vigilancia era casi nula. Simplemente aproveché una distracción del guardia y llegué aquí. -La voz del muchacho me suena, es posible que la haya escuchado antes. Estoy seguro, bueno, casi seguro, de que es de alguien del restaurante, quizá el camarero.

-No puedes estar aquí, esto es una investigación privada. No pintas nada aquí, chaval. -El guardia lo mira con desprecio.
-Mucho me temo que te equivocas, soy un testigo de este delito, y no me iré de este sitio hasta que no haya dado mi versión de los hechos y soltéis a ese chico. -Parece muy decidido de sí mismo, así que el hombre decide no continuar con la discusión y se pone a hablar con el chico que acaba de entrar.

La voz llega desde el fondo de la sala. Yo todavía no soy capaz de reconocer a la persona que ha hecho parar a mi abusón, pero a esta distancia parece el camarero del restaurante donde comimos anoche, estoy casi seguro. Está ahí delante y tan siquiera puedo ver a mi salvador. Es algo frustrante, pero el dolor me ciega.

-Gracias... Seas quien seas... -Mi voz es tan solo un suspiro, casi imperceptible.

-Parece que has tenido suerte, tienes un testigo a tu favor.

El hombre me suelta del techo, por lo que caigo directamente al suelo. Está frío, y eso es bueno para las heridas, me alivia. Después de estar ahí colgado como un conejo, el gélido suelo de hormigón es como un paraíso para mí. Veo al hombre acercarse a los barrotes y abrir la puerta de la celda. Se dirige hacia mi salvador y, sorprendentemete, sale sin cerrar el portón.

-Puedes salir. -Se dirige a mí. -Hablaré con tu testigo.

El chico y el policía comienzan a hablar. Estoy muy alejado, pero soy capaz de escuchar pequeños fragmentos de la conversación: “Yo estaba allí.”, “¿Seguro que no lo encubre?”, “Realmente es como dice.”, “Proceda a hacerlo, pero no tarde mucho.”, “Gracias por su atención.”. Tras un par de frases más, las cuales no puedo oír, mi compañero de coche viene y me levanta del suelo. En brazos, me lleva hasta una silla y me sienta al lado de donde está mi salvador.

-Gracias. -Sonrío como puedo. -De no ser por usted, no sé cómo habría acabado esto.

-De nada, me enteré y vine en cuanto pude, Eylen.



-Eylen... ¡Tyr! ¡Eres tú! ¡¿Cómo es posible?! Tú fuiste apuñalado y te llevaron al hospital y...

-Calla y te explico, tonto. -Ríe y me pone el dedo en los labios. -Después de sacarte del hospital, te trajeron aquí. Tuviste una charla con el comisario, pero no les diste la información que querían, así que te noquearon y te sedaron. Cuando te despertaste, habían pasado tres días, y ellos continuaron con la tortura. Y, bueno, entonces llegué yo y les hice parar.

-Pero... ¿y tu operación?

-Todo a su tiempo. -Sonríe esperando mi respuesta.

-¿Y mi madre? ¿Y Paul?

-Ah, ya. ¿Estos dices? -Una puerta al fondo del pasillo se abre, ahora ya puedo verlo todo con claridad, y de ella salen Paul, papá, mamá y Desmond, mi querido hermanito pequeño.

-Hijo, nos tuviste tremendamente preocupados. -Mi madre me abraza y empieza a llorar apoyada en mi hombro.

-Ya lo creo, hijo.

Mi padre me coloca la mano sobre el único hombro que tengo ahora libre. Se gira y me
sonríe. Aunque mi cara no lo exprese, sonrío completamente, una de las mayores sonrisas que jamás he tenido. Por fin estoy fuera de esa zona, por fin soy libre. Esta es la peor vivencia que he tenido, y no creo que la olvide jamás; aún puedo sentir la electricidad correr por todo mi cuerpo y haciéndome temblar.

-Muchas gracias, papá. -Me giro hacia él e intento sonreír de la forma más abierta posible.

-Chaval, me dejaste muy preocupado, desapareciste en mitad del Loud’n Rock y luego no
fui capaz de encontrarte por ningún lado, menudo susto me diste.

-Hasta lo que yo sé, tú estabas ocupado en otros temas. -Toso en forma de ironía. -¿Cierto?

-Bueno, sí. -Mira al suelo, parece triste por algo. -Es cierto. -Se gira hacia mi madre y vocaliza algo. No soy muy bueno leyendo los labios, pero creo que le dice que lo siente.

-Paul... -Levanto a mi madre de encima mía con mucha delicadeza y salgo corriendo a
abrazar a mi amigo. -Eres idiota, no fue culpa tuya.

-En realidad sí lo fue, te dejé solo...

Mira al suelo de nuevo, parece que está a punto de llorar. Me siento tremendamente mal,
esto es todo culpa mía, ¿por qué diablos me fui y lo dejé allí solo? Al fin y al cabo, iba iba
a dormir en mi casa y yo lo dejé allí y me fui con Tyr a un lugar el cual ni siquiera sabía
cuál era.


Deprimente actitud de amigo la mía. Aunque, si lo comparamos con la de Tyr, realmente no soy tan malo. Sé que no ha sido culpa suya, pero me ha hecho pasar tremendas
injurias.

-¡Tú! ¡Tú tienes la culpa de esto! ¡Tú tienes la culpa de toda la sangre que aún derramo
por todas las partes de mi torso! -La rabia se apodera de mí, realmente parezco un
osezno rabioso apunto de atacar. -¡Es todo culpa tuya Spirit!

-¿Eh? ¿Es... culpa mía?

Los ojos de Tyr parecen completamente aterrados. ¿Aterrados de qué? ¡El ya sabía esto!
Me alegro mucho de verlo, y sobretodo de verlo vivo, pero... Aggg, ¡me ha hecho pasar
cosas horribles!

-Nunca... te... lo... perdonaré. -Mis palabras suenan entrecortadas, como soplos de aire
discontinuos desde el hombro de Paul.

-Pero... -Cabizbajo y con lágrimas en los ojos, se dirige como puede hacia mí. -Yo no quise que esto pasara, yo solo quería que fuéramos amigos, me caías demasiado bien...

-Es tarde, lo siento pero no, es tarde. -Le miro cada vez con menos rabia y más compasión.

Mi expresión se vuelve más dócil. Este chico realmente tiene la capacidad de afectarme por dentro. ¿Cómo es posible que sea capaz de apaciguar mi ira de esta forma tan simple? Parece el agua que apaga un incendio forestal.

-Tyr... En realidad...

-No. -Me corta con lágrimas en los ojos. -Tú lo has dicho, es tarde. No pinto ya nada aquí, me voy.

Tyr se levanta y sale corriendo de la sala. Lo veo alejarse a través del pasillo y pasar cerca del hombre que ha pasado sus últimas horas concentrado en torturarme de la forma más cruel posible, parecía que disfrutaba con esto, con lo majo que parecía al inicio de esta extraña aventura.


-¡Tyr! ¡Espera! -Salgo corriendo tras de él. 

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